El accidente de un
avión de la aerolínea española Air Lada que se estrelló en 2011 en el
aeropuerto de Cork (sur de Irlanda), que causó seis muertos, se debió
"probablemente" a una "pérdida de control" de los pilotos, reveló la
investigación oficial.
El informe de la Unidad de Investigación de Accidentes Aéreos Irlandesa
(AAIUI) señaló que el comandante, el español Jordi Sola López —que
falleció en el siniestro—, no estaba "adecuadamente entrenado" y, en
consecuencia, estaba "mal preparado" para hacer frente "a la situación
que se le presentó el día del accidente".
También murieron en la colisión cuatros pasajeros y el copiloto, Andrew
Cantle, cuyo entrenamiento estaba "incompleto" y tanto él como Sola, de
31 años, no habían disfrutado del "suficiente descanso", apuntó la
investigación. "La elección de la pareja formada por el comandante y el
copiloto, que habían sido ascendidos recientemente e ingresado hacía
poco en el operador, era inapropiada y contraria a las regulaciones" de
la Unión Europea (UE), según el documento.
El aparato, un 'Fairchild Metroliner' de 19 plazas fletado por la
compañía Manx2, radicada en la isla británica de Man, se estrelló cuando
intentaba por tercera vez aterrizar en Cork en condiciones de niebla y
poca visibilidad poco antes de la 10.00 GMT del 10 de febrero de 2011.
En el accidente sobrevivieron seis ocupantes del aparato.
El avión, procedente ese día del aeropuerto George Best de Belfast
(Irlanda del Norte), pertenecía a la aerolínea española Air Lada, con
base en Sevilla, aunque estaba operado para este vuelo por la compañía
catalana Flightline. La AAIUI incluyó en la lista de "causas
contributivas" del accidente la "inadecuada supervisión" de las
actividades en el extranjero del operador (Flightline) por parte de la
propia compañía y de las autoridades españolas.
El impacto del morro del aparato con el suelo provocó que éste volcara y
se incendiara uno de los motores En este sentido las autoridades
irlandesas recomendaron a la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA)
que "revise su política" respecto a la "supervisión continua" de las
compañías aéreas, "en particular de aquellas que desarrollan operaciones
remotas".
La AAIUI indicó que AESA "no tenía conocimiento" de que
Flightline estaba operando en el Reino Unido e Irlanda.
Debido a las adversas condiciones meteorológicas, Sola intentó ese día
aterrizar por primera vez en la pista número 17 del aeropuerto de Cork
para pasar después a efectuar otro intento en la misma pista, en la
dirección opuesta. Al tercer intento, el impacto del morro del aparato
con el suelo provocó que éste volcara y se incendiara uno de los
motores, un fuego que los servicios de emergencia lograron apagar antes
de que se propagase hasta la cabina de mando.
Fuente: 20 Minutos
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